Buscar un restaurante y leer las reseñas. Sí, sé que es muy común y que funciona, y ¿Por qué no? Puede ser una buena forma de decidirse a acudir o descartarlo.
Yo no las leo. Será por lo de «en casa del herrero cuchillo de palo» ¡Será por eso! ¡Quizás! Puede ser que parte de mi trabajo es leerlas, las de mis clientes, y por supuesto contestarlas. ¡No encuentro que sea una linea fiable del todo!
Y quizás por mi trabajo de Social Media con restaurantes, me guío por otras señales en el momento de escoger un restaurante u otro. También es cierto, que al trabajar en el sector gastronómico, muchas de mis visitas son gracias al boca-oreja. Cuando decido ir a un restaurante, puede ser que ya hay un millón de personas que me lo han recomendado. Ya hay un montón de cuentas gastronómicas que lo han presentado, y quizás también mi predisposición es diferente.
Sea como sea, ese boca-oreja personal no me parece que tenga nada que ver con lo que sería ese boca-oreja creado en las reseñas.
Me gusta más mirar su Instagram, ver lo que el local quiere transmitir, y si… Alguien puede decir, una cosa es lo que quieran hacer, y otra (puede que diferente) es lo que ofrecen. ¡Lo compro! Aún así, a mi el rollo este (en el que se basa todo) de que la gente como tú puede dejar una reseña y tú puedes sentirte identificado… ¡No me sirve!
No quisiera demonizar a los clientes que dejan reseñas, buenas o malas. No quisiera decirle a nadie que debe o no debe hacer después de una visita a un restaurante. Pero… ¿Y la experiencia? La visita a un restaurante es que te sientas a gusto, que te guste la comida, que lo encuentres al precio que estás dispuesto a pagar, que tengas feeling con el staff, que tengas una buena velada, que la recuerdes con cariño… Un largo etcétera, la verdad.
Cuando miras las reseñas, cuando las lees y ves una malísima… ¿Entras en el perfil de la persona que la ha escrito? ¿Te has fijado que hay gente que solamente escribe cuando tiene algo de negativo? ¿Cuántos hay que echan pestes por su teclado sobre una vistia y al entrar en su perfil tooooodas las experiencias son terribles? ¿O medio buenas? ¿O no buenas? Incluso criticas demoledoras de parques, de ferias, de estaciones de metro y trenes… Al ver un perfil así, está bastante claro, al menos desde mi perspectiva, que solo escribe cuando algo no le ha gustado, pero si nos basamos en que esa persona llega más a mi, porque es un usuario como yo, y su experiencia debe asemejarse más a la mía que la cuenta oficial de Instagram del local, restaurante… ¿Es que esa persona es demasiado negativa? ¿De verdad acabas creyendo que una persona así, es «tan infeliz» como tú? ¿O tú como ella?
Eso a mi, me daría mucho, pero mucho que pensar.